La ciencia médica no está ni mucho menos cerca de superar la muerte, pero podrÃa estar más cerca de retrasar el daño en órganos moribundos y gravemente dañados. Investigadores de la Universidad de Yale lograron reanimar células en los órganos de cerdos que llevaban una hora muertos en el laboratorio. Los corazones empezaron a latir y los cuerpos de los cerdos no se pusieron rÃgidos como lo harÃan normalmente.
El equipo mezcló la sangre de los animales y una hemoglobina artificial con OrganEx, una solución que incluye medicamentos antiinflamatorios, bloqueadores nerviosos (para evitar el retorno a la conciencia), nutrientes y fármacos que combaten la muerte celular. El proyecto es la continuación de un avance de hace años en el que los cientÃficos revivieron células cerebrales de cerdos muertos utilizando una solución precursora, BrainEx. Tras ese hallazgo, el grupo se preguntó si podrÃa revivir un cuerpo entero.
El trabajo no está cerca de ayudar a los pacientes humanos. Otros estudios demostrarán si los órganos funcionan. Los investigadores también tendrán que medir los efectos de OrganEx sin bloqueadores nerviosos y finalmente probar su trabajo en humanos. Existe la preocupación ética de que los cerdos puedan recuperar la función cerebral y no está claro cuándo serÃa viable experimentar con personas. Si la sangre sintética aún no está lista para las salas de urgencias, esto está aún más lejos.
Sin embargo, las ramificaciones podrÃan ser enormes si soluciones como OrganEx son adecuadas para los humanos. PodrÃan ampliar la viabilidad de los trasplantes de órganos: podrÃa ser posible recoger órganos sanos mucho después del momento de la muerte. Eso, a su vez, podrÃa hacer que hubiera más trasplantes disponibles y salvar más vidas. La tecnologÃa también podrÃa limitar el daño de los órganos tras ataques cardÃacos y accidentes cerebrovasculares graves. En el mejor de los casos, esto darÃa a las personas una oportunidad de recuperarse de enfermedades potencialmente mortales.
Este no es el único experimento que se ha llevado a cabo con animales muertos, dÃas atrás también salió a relucir el estudio donde unos cientÃficos de la Universidad Rice en Texas, EE.UU., estaban creando una máquina en forma de garra con una araña muerta.