Recientemente, se ha informado que Twitter Inc., liderada por Elon Musk, ha decidido no pagar sus facturas a Google Cloud, lo que podría afectar el funcionamiento de sus servicios de moderación. Esta situación ha generado preocupación en el ámbito tecnológico, ya que podría tener consecuencias negativas para ambas compañías y sus usuarios. Twitter firmó en 2018 un contrato multimillonario con Google Cloud para alojar parte de sus servicios en la infraestructura de la nube de Google. Este contrato, que vence el 30 de junio, tenía un valor de aproximadamente $1.000 millones USD. Sin embargo, parece que Twitter está intentando trasladar estos servicios a sus propios centros de datos antes de que expire el contrato. Según las fuentes, Twitter se ha negado a pagar a Google Cloud, lo que podría llevar a que sus herramientas de moderación, como Smyte (adquirida en 2018), dejen de funcionar. Si Twitter no logra migrar Smyte y otros sistemas a sus propios servidores antes de finales de junio, su capacidad para combatir el spam y el material de abuso sexual infantil podría verse seriamente afectada.
No obstante, Smyte ya ha tenido problemas en el pasado. Desde que Elon Musk tomó el control de Twitter, se han realizado recortes significativos en la plantilla de la empresa, lo que afecta el rendimiento de Smyte. Por ejemplo, en diciembre, Musk se quejó al equipo de confianza y seguridad de Twitter de que el sistema automático no había detectado a un usuario de Twitter Blue que se hacía pasar por él para promocionar una estafa de criptomonedas. El equipo informó a Musk que el sistema Smyte estaba experimentando problemas de estabilidad y se colapsaba a diario. Desde que Musk asumió el liderazgo de la compañía, Twitter ha enfrentado diversos problemas de estabilidad. En febrero, varias de sus funciones principales dejaron de funcionar en múltiples ocasiones. Además, en mayo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, tuvo problemas al lanzar su candidatura a la nominación presidencial republicana en Twitter, ya que la plataforma no pudo soportar la cantidad de personas que querían ver su transmisión. Se dice que la decisión de Twitter de no pagar a Google Cloud se debe a la insatisfacción con el rendimiento y las interrupciones de su infraestructura. Al retener el pago, Twitter busca presionar a Google para que solucione estos problemas. Holger Mueller, analista de Constellation Research Inc., opina que si los informes son ciertos, Twitter está arriesgando la pérdida de servicios importantes para sus principales clientes, es decir, los anunciantes que constituyen su principal fuente de ingresos. Mueller cree que Musk está evitando pagar para poder negociar con Google y, al mismo tiempo, utilizar el plazo como motivación para sus equipos internos.
Mueller señala que "Musk sabe cómo gestionar las cosas de manera implacable, pero al final del día, él sabe que no puede evitar pagar lo que se debe a los proveedores de servicios en la nube. También sabe que no puede perder el apoyo de sus anunciantes ni agotar a sus empleados. Por lo tanto, es probable que la presión se disipe en algún momento con un pago y una prórroga del plazo".
Twitter tiene un historial de negarse a pagar cuando no está satisfecho con un servicio. En diciembre, salió a la luz que Twitter estaba siendo demandado por Columbia Property Trust Inc., propietario del edificio que alberga su sede, por impago de alquiler.