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La inmortalidad digital, un paso más de la inteligencia artificial

La tecnología avanza a pasos agigantados y sorprende con nuevas innovaciones en cada instante que pasa. Uno de los últimos avances que ha captado la atención del mundo es la llamada "inmortalidad digital" . Se trata de la posibilidad de crear avatares virtuales de seres queridos fallecidos, utilizando inteligencia artificial para replicar su apariencia y, en algunos casos, incluso su personalidad.

En la película de fantasía y drama de los años 90, "Truly, Madly, Deeply", la protagonista Nina se enfrenta al duelo por la reciente muerte de su novio Jamie. Sin embargo, el destino le juega una sorpresa cuando Jamie regresa como un fantasma para ayudarla a superar su pérdida. Aunque esta historia es ficticia, plantea una pregunta interesante: ¿está preparada y dispuesta la humanidad para utilizar inteligencia artificial para mantener un vínculo con sus seres queridos fallecidos?

En los últimos años, ha surgido una nueva ola de "tecnología del duelo" , que utiliza herramientas de inteligencia artificial para recrear la presencia de personas fallecidas. Empresas como Deepbrain AI ofrecen servicios de "inmortalidad digital" mediante la creación de avatares virtuales que pueden ser visitados por familiares y amigos en instalaciones especiales. Sin embargo, esta tecnología plantea una serie de cuestiones éticas y morales que aún no se han abordado adecuadamente.

En un video compartido hace casi un año muestran cómo funcionaría su sistema denominado Rememory

Aunque la idea de poder interactuar con un ser querido fallecido puede parecer reconfortante para algunas personas, también plantea preocupaciones importantes. ¿Qué sucede cuando el avatar creado por inteligencia artificial no es capaz de replicar adecuadamente la personalidad y los rasgos de la persona fallecida?

Deepbrain AI, por ejemplo, ofrece el servicio Re;memory, que permite crear avatares de video de personas fallecidas. Sin embargo, según la propia empresa, estos avatares solo pueden tener una "emoción" predefinida, lo que limita su capacidad para reflejar la complejidad de una persona real. Aunque esta tecnología puede ser un primer paso hacia la inmortalidad digital, todavía queda mucho por mejorar.

Otro aspecto preocupante de la inmortalidad digital es la privacidad y seguridad de los datos utilizados para crear los avatares. ¿Quién tiene acceso a esta información y cómo se garantiza que se mantenga segura? En un mundo en el que la información personal se ha convertido en una moneda de cambio, es fundamental abordar estas preocupaciones y establecer medidas de protección adecuadas.
Además, existe el riesgo de que los avatares creados por inteligencia artificial puedan ser utilizados de manera inapropiada o abusiva por terceros. ¿Qué sucede si alguien obtiene acceso a nuestro avatar y lo utiliza para difundir información falsa o perjudicial? ¿Hay algún control sobre lo que sucede con la representación digital del fallecido?
Esta última interrogante es algo que se cuestiona mucho y que sólo tendrá respuesta con el pasar del tiempo, en caso de que esta "inmortalidad digital" se convierta en un hecho común.

Aunque la inmortalidad digital puede ser una idea fascinante, es importante recordar que los avatares creados por inteligencia artificial nunca serán una verdadera representación de una persona fallecida. En lugar de buscar prolongar nuestra conexión con los muertos, tal vez sea más valioso aprovechar el tiempo que tenemos con nuestros seres queridos vivos.
La profesora Bryson sugiere la practica de conversaciones con chatbots y luego interactuar con personas reales para descubrir las diferencias. "En lugar de depender de avatares virtuales, hay invertir tiempo y esfuerzo en conocer mejor a las personas reales que aún están con nosotros."

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