Durante años, los científicos e ingenieros han hablado sobre el uso de la polvorienta superficie lunar para fabricar paneles solares. Todos los ingredientes clave para las células solares están presentes en este regolito rocoso y polvoriento en la superficie de la Luna: silicio, hierro, magnesio, aluminio y más.
La abundancia de estos ingredientes ha llevado a cientos de trabajos de investigación que exploran esta idea desde que el suelo lunar fue devuelto a la Tierra durante el programa Apolo, pero con un desarrollo de ingeniería relativamente pequeño. En otras palabras, no se sabe si cubrir la Luna con paneles solares es simplemente una gran idea de ciencia ficción o si realmente funcionaría. Para responder a ello, Blue Origin, la empresa de aeronaves estadounidenses aseguró que ha estado trabajando en ello durante los últimos dos años.
En vista de ello, si Blue Origin pone un módulo de aterrizaje en la Luna o no, podría desempeñar un papel clave en el mantenimiento de las operaciones lunares. La empresa de vuelos espaciales de Jeff Bezos ha revelado que puede producir células solares y cables de transmisión utilizando regolito lunar simulado. La técnica “Blue Alchemist” de la empresa utiliza electrólisis fundida para separar el aluminio, el hierro y el silicio del suelo lunar del oxígeno ligado para extraer materiales clave. El proceso puede construir células solares, vidrio de recubrimiento y alambre de aluminio utilizando únicamente la luz solar y el silicio del reactor.
Este método no sólo ahorraría a los exploradores la molestia de importar material, sino que sería más respetuoso tanto con la Luna como con la Tierra. No hay emisiones de carbono, ni productos químicos, ni necesidad de agua. Las células solares resultantes pueden funcionar en la Luna durante más de una década a pesar del "duro" entorno, afirma Blue Origin.
Blue Origin propone esta solución para el programa Artemis de la NASA y las misiones a Marte. La agencia espacial podría establecer bases u otras instalaciones a largo plazo minimizando el impacto medioambiental. Aunque el concepto de utilizar el regolito para construir puestos avanzados no es nuevo, los esfuerzos anteriores se han centrado sobre todo en los hábitats y no en la energía que suministra a esas instalaciones extraterrestres.
Que la tecnología de Blue Origin llegue o no a la NASA es otra cuestión, ya que la empresa tiene una relación desigual con la administración estadounidense. Mientras que la NASA respalda la estación espacial Orbital Reef y utilizará el New Glenn para volar en una misión científica a Marte, perdió un contrato clave del módulo de aterrizaje lunar en favor de SpaceX y fracasó en su impugnación del acuerdo de $2.900 millones USD. Por muy novedosa que sea la tecnología de Blue Alchemist, no está garantizado que consiga negocio.