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Ejercito mexicano podría estar espiando a dirigentes del gobierno con Pegasus


No es raro oír hablar de países que utilizan el programa espía Pegasus de NSO Group para vigilar a la población, pero ahora se teme que un gobierno se esté espiando a sí mismo.


Medios estadounidenses aseguran que ha encontrado Pegasus en el teléfono del subsecretario de Derechos Humanos de México, Alejandro Encinas, un viejo aliado del presidente Andrés Manuel López Obrador, así como en el de al menos dos miembros de la oficina de Encinas. Si bien no hay pruebas firmes que apunten a un culpable, esto se produce cuando Encinas ha estado investigando presuntos abusos militares de poder desde 2018, incluida la notoria desaparición de 43 estudiantes en Iguala en 2014.


El equipo de investigación Citizen Lab, con sede en la Universidad de Toronto, detectó a Pegasus en una auditoría de 2022, según una fuente que habló con un diario de Estados Unidos. El teléfono de Encinas se ha visto comprometido más de una vez, se dice que incluso el año pasado cuando dirigía la comisión que cubría las desapariciones de Iguala. Culpó de la tragedia a la policía, al ejército, a ciertos funcionarios y a los narcotraficantes. Al parecer, Encinas informó a Obrador sobre el espionaje en marzo, pero ha guardado silencio desde entonces.


Encinas, Citizen Lab y el Ministerio de Defensa mexicano ya han declinado hacer comentarios. NSO Group dijo a The Times en un comunicado que investiga "todas las acusaciones creíbles" de uso indebido y que rescinde los contratos cuando encuentra problemas.


En una rueda de prensa, Obrador ha minimizado el supuesto espionaje y no cree que los militares sean los culpables. Sin embargo, a Ángela Buitrago y Eduardo Bohorquez, críticos anticorrupción, les preocupa que el ejército mexicano pueda estar utilizando Pegasus para tomar represalias contra Encinas, revelando una falta de supervisión gubernamental eficaz en el proceso.


NSO Group se ha enfrentado a numerosas críticas. Estados Unidos prohibió el comercio con la empresa en 2021 por la presunta venta de programas espía a gobiernos autoritarios que utilizaban estas herramientas para eliminar la disidencia mediante la vigilancia de activistas y periodistas. NSO ha negado haber permitido abusos e incluso contrató a un abogado especializado en difamación que acusó a algunos periodistas de tergiversar su negocio.


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